Descripción
Para empezar a jugar, barajad las 50 cartas (que por un lado tienen una letra y por el otro muestran un color) y formad dos mazos de más o menos del mismo tamaño. Dad la vuelta a uno de ellos y volved a barajar, de tal forma que letras y colores se mezclen. Tomad las dos primeras cartas y colocadlas de modo que una muestre una letra y la otra un color.
¿Preparados para jugar? ¡Vienen unos minutos frenéticos! Repartid seis cartas a cada jugador sin girarlas en ningún momento y estableced el tiempo que durará la partida, a razón de 30 segundos por jugador. Poned el cronómetro y… ¡Que empiece la transmisión!
En Walkie-Talkie no se juega por turnos, ¡todo el mundo juega a la vez! La partida termina cuando todos se queden sin cartas o bien se agote el tiempo. Para librarse de su mano, los jugadores deben descartar cada carta en su mazo correspondiente. Cuando lo hagan, deben decir en voz alta un código válido que relacione letra y color que se encuentran en el centro de la mesa. ¡Vale casi cualquier cosa! A excepción de una palabra repetida o un nombre de color. El resto de jugadores deberán aprobar el código usado para que sea válido; ¡en caso contrario habrá una penalización!
¿Y si en algún momento nos quedamos en blanco? Pues empleamos los códigos “Cambio” y “Corto”. El primero sirve para voltear todas las cartas de la mano y el segundo para pasar las cartas al jugador de tu izquierda.
Partidas rápidas a un ritmo frenético que aseguran un montón de risas. Cuando termina la partida, contad el número de asteriscos que muestren las cartas de letra que habéis jugado entre todos para determinar la puntuación. Si se os ha acabado el tiempo, restad 1 punto por cada carta que os quede en las manos. En Walkie-Talkie no se gana o se pierde; simplemente se puntúa. Cuando termina la partida, la tabla de puntuación os permite comparar cómo lo habéis hecho en comparación con vuestras partidas anteriores.